Bases iconológicas de María Auxiliadora de La Palma
Proclama mi alma la grandeza del señor,
Se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador.
Porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
Porque el poderoso ha hecho obras grandes por mí,
Su nombre es santo.
Y su misericordia llega a sus fieles
De generación en generación.
El hace proezas con su brazo.
Dispersa a los soberbios de corazón,
Derriba del trono a los poderosos
Y enaltece a los humildes
A los hambrientos los colma de bienes
Y a los ricos los despide vacio
Auxilia a Israel, su siervo,
Acordándose de la misericordia
Como lo había prometido a nuestros padres
A favor de Abrahán y su descendencia por siempre.
Lucas: 1, 46-55.
El Magníficat es el cántico de María por excelencia que aparece en el primer capítulo del Evangelio de San Lucas. Es el último canto del antiguo testamento y el primero del Nuevo.Este fue proclamado o se cree que fue así, por la Santísima Virgen María cuando visitó a su prima Isabel. Es sin lugar a dudas, un éxtasis de alabanza por el amor inestimable concedido por Dios a la Virgen, por las misericordias mostradas a Israel y por el cumplimiento de las promesas hechas a Abraham y a los patriarcas.Este canto se reza en las vísperas, es decir, al caer la tarde, como recuerdo a la Santísima Virgen y a la hora en la que pudo suceder la Anunciación y la Visitación.
EL TITULO DE AUXILIADORA DE LOS CRISTIANOS.
Desde el comienzo de la cristiandad, los seguidores de Cristo nos hemos sentido atraídos por conocer la historia de esta bendita mujer que cantó el Magníficat y fue llamada por el Arcángel San Gabriel “La llena de Gracia” y que ha sido y sigue siendo venerada por todos los Cristianos desde el mismo momento de su concepción como madre de Dios.A la Santísima Virgen se le venera con infinidad de nombres o títulos, pero quizás uno de los más antiguos ha sido y sigue siendo el de Auxiliadora de los Cristianos.
La Advocación Auxiliadora no es nueva y era ya conocida en los primeros siglos de nuestra era por las primeras comunidades cristianas y los Padres de la Iglesia. Entre los Padres de la Iglesia que se refirieron directamente a la Virgen María como Auxiliadora se encuentran San Juan Crisóstomo en el 345, Proclo en el 476, San Sabas de Cesarea en el 532, y algunos personajes como Romano Melone en el 518, el Arzobispo de Jerusalén Juan Damasceno en el 749 o Germán de Constantinopla en el 733 entre otros. Pero esta advocación tomó relevancia con las invasiones musulmanas, sobre todo en la Batalla de Lepanto el 7 de octubre de 1571, en donde, la Santa Liga derrotó en la mayor batalla naval de la historia al ejército musulmán que pretendía conquistar la Europa cristiana. La cristiandad con el Papa Pío V a la cabeza atribuyó tal victoria a la intervención de la Virgen María que había ido en Auxilio de los cristianos.Pocos años después, sucedería lo mismo al sur de Alemania, en la guerra de los Treinta años contra los luteranos y cuya victoria cristiana también se le atribuyó a la intercesión de María como Auxilio de los Cristiano.
Ya en el siglo XIX con la invasión napoleónica de gran parte de Europa y el arresto en prisión del anciano Papa Pío VII, por no favorecer las pretensiones de Napoleón, el Papa prometió a la Virgen que si recuperaba la libertad y volvía a Roma, declararía ese día como solemne en honor de María Auxilio de los Cristianos. Bien pronto la suerte de Napoleón cambió y Pío VII recuperó la libertad entrando en Roma el 24 de mayo de 1814 cumpliendo así su promesa.
En el siglo XX imbuido en el Concilio Ecuménico Vaticano II en La Virgen María, Constitución Dogmática Lumen Gentium sobre la Iglesia”, podemos leer textualmente lo siguiente:
Por su amor materno cuida de los hermanos de su Hijo que peregrina y se debaten entre peligros y angustias y luchan contra el pecado hasta que sean llevados a la patria feliz. Por eso, la Bienaventurada Virgen en la Iglesia es invocada con los títulos de Abogada, Auxiliadora, Socorro, Mediadora. Lo cual sin embargo, se entiende de manera que nada quite a la dignidad y eficacia de Cristo, único Mediador.
Sin lugar a dudas, es uno de los títulos marianos más antiguos de la cristiandad, pero con una fuerza insólita en los tiempos difíciles que estamos viviendo, en donde, la Iglesia sigue impetrando a la Virgen como Auxiliadora.
MARIA AUXILIADORA UNA ADVOCACIÓN SALESIANA.
En la década de los años 20 del siglo XIX un niño del Piamonte italiano empieza a tener una serie de sueños, cauce por el que le suele hablar una mujer llamada María. María fue para este niño piamontés una persona viva y operante que iluminó su camino, sostuvo sus esfuerzos e incluso le ayudó en ocasiones de forma extraordinaria a llevar a cabo un gran proyecto educador y renovador orientado a los jóvenes.Ese niño se llamaba Juan Bosco, había nacido en el seno de una familia de campesinos humildes en el pueblo de Becchi cerca de Turín, aunque su padre y su hermano luchaban porque el joven Juan se dedicara a las labores agrícolas como lo hacía su familia, el luchó por estudiar y llegar a ser sacerdote como la mujer de los sueños le indicaba.
Tubo numerosas dificultades para estudiar al quedarse huérfano de padre siendo todavía un niño, y teniendo que ayudar a su hermano en las labores del campo, ya que no tenían suficiente dinero para subsistir. Tras la negativa de su hermano a que siguiera con los estudios en el seminario, el joven Juan siguió en el empeño por seguir adelante con su misión de ser sacerdote, objetivo que conseguiría en parte al apoyo que encontraba en su madre Mama Margarita. En los años del seminario conoce la figura de San Francisco de Sales al que el joven Juan Bosco tomó como modelo de amabilidad, dulzura y espiritualidad religiosa. Juan Bosco logro su cometido siendo ordenado sacerdote el 5 de junio de 1841. Durante toda su vida, tuvo numerosos sueños que le marcaban su trayectoria, pero en todos, se veía rodeado de jóvenes y bajo el amparo y la protección de una mujer que nunca lo abandonaba.
El 8 de diciembre de 1841 Don Bosco recién ingresado al Instituto Pastoral, fue a celebrar ese día la Eucaristía en la Iglesia de San Francisco de Asís y encontró al sacristán maltratando a un muchacho de 16 años de nombre Bartolomé, porque no sabía acolitar. Defendido por Don Bosco, el muchacho le confesó que no había recibido la Primera Comunión, que no conocía el catecismo y que era pobre y abandonado. Después de la misa, Don Bosco le dio las primeras lecciones de catecismo y al siguiente domingo regresó con 20 muchachos que llegaron a ser 80 en marzo del año siguiente. Fue el inicio del oratorio de Don Bosco.De esos niños saldrían los primeros miembros de la Comunidad que Don Bosco fundó y denominó Salesianos en honor a San Francisco de Sales. La Congregación fue aprobada por el Papa Pío IX en 1858.
Esta joven Congregación empezó a caminar bajo la protección de la Santísima Virgen María con la advocación de Consolación, que era y sigue siendo la patrona de Turín. La primera imagen de María que Don Bosco compró fue una pequeña estatuilla de la Consolata. Ante esta imagen, rezaron durante años Mamá Margarita, Don Bosco y los primeros jóvenes recogidos en su Oratorio. Sacaban la imagen en pequeña procesión por el patio en las fiestas marianas, y depositaban ante ella, algunos papelitos con las necesidades e intenciones más urgentes.
Al poco tiempo, y debido a la proclamación del Dogma de la Inmaculada Concepción por el Papa Pío IX el 8 de diciembre de 1854, en su bula Ineffabilis Deus, Don Bosco crea la Congregación de la Inmaculada dentro del Oratorio a la que perteneció Domingo Savio, y los Salesianos caminan durante dieciséis años bajo la protección de la Inmaculada Virgen María, que sostuvo la espiritualidad juvenil de aquellos alumnos y primeros salesianos, hasta que Don Bosco tiene el sueño de las dos columnas y que hace público a sus muchachos el 30 de mayo de 1862.Tras este sueño Don Bosco comunicó a los salesianos Pablo Albera y Juan Cagliero lo siguiente:
Hasta el presente, añadió, hemos celebrado con solemnidad las fiestas de la Inmaculada y en este día comenzaron nuestras primeras obras de los oratorios festivos. Pero la Virgen quiere que la honremos con el título de María Auxiliadora: corren unos tiempos tan difíciles que ciertamente necesitamos que la Santísima Virgen nos auxilie para conservar y defender la fe cristiana. Será la iglesia madre y el centro de donde surgirá todas nuestras obras a favor de la juventud.
Tras el sueño de las dos columnas, tiene otro más que complementa el que tuvo Don Bosco en 1844, en el que , la Virgen María le mostró los inicios y el desarrollo futuro de la obra, así como el lugar donde debía construirse la iglesia. En este sueño la Virgen le dice a Don Bosco “Esta es mi casa. De aquí saldrá mi gloria”. Era sin lugar a dudas, una visión profética del Santuario de María Auxiliadora.El Santuario se construyó entre 1864 y 1868 con grandes problemas económicos, pero Don Bosco atribuía cada colocación de ladrillos a la obra divina de María Auxiliadora, consagrándose dicho Santuario el 9 de junio de 1868.
Pero como hemos dicho el Santuario se levantó en honor y gloria de la Virgen María bajo la advocación de Auxiliadora de los Cristiano, y esta advocación debía presidir el altar mayor de la Iglesia.Es en este momento cuando Don Bosco crea físicamente la advocación de María Auxiliadora que nosotros conocemos.Don Bosco ideó el cuadro de María Auxiliadora y lo encargó al pintor Lorenzone en 1865. Después de tres años de trabajo, el gran cuadro fue colocado en el Altar Mayor de la Basílica.Don Bosco lo describe así:
La Virgen resalta sobre un mar de luz y majestad. Está rodeada de un coro de ángeles, que le rinden homenaje como a su reina.En su mano derecha tiene el cetro, que es símbolo de su poder. Con el brazo izquierdo sostiene al Niño Jesús, que tiene sus brazos abiertos, ofreciendo así sus gracias y su misericordia a quien recurre a su Augusta Madre.Alrededor y abajo se encuentran los Santos Apóstoles y los evangelistas. Ellos contemplan arrobados a la Santa Virgen, sumidos en un dulce éxtasis, como exclamando: “Reina de los Apóstoles, ruega por nosotros”.
Al fondo del cuadro se ve la ciudad de Turín, con el Santuario de Valdocco en primer plano y con el Piamonte Superga al fondo.
Según la descripción hecha por Don Bosco, el cuadro es una expresiva representación del título “María, Madre de la Iglesia”. María, por ser la Madre del Hijo de Dios, es la Reina del Cielo y de la Tierra: Toda la Iglesia, representada por los Apóstoles y los Santos la aclaman como Madre y Auxiliadora poderosa.
Tras la construcción de la Iglesia y el cuadro de María Auxiliadora Don Bosco crea la Asociación de María Auxiliadora como Instrumento privilegiado para “promover la adoración al Santísimo Sacramento y la veneración a María Auxiliadora de los Cristianos”.
La Asociación fue canónicamente erecta en el Santuario de María Auxiliadora de Turín el 18 de abril de 1869. Posteriormente, con breve del 5 de abril de 1870, Pío IX la erigió como Archicofradía, con derecho a agregar así, las asociaciones surgidas en el mundo con el mismo nombre y la misma finalidad.
LA OBRA DE DON BOSCO LLEGA A ESPAÑA.
Son numerosas las casas que se van fundando en diferentes lugares de Italia y fuera del país, a consecuencia de la famosa pedagogía de Don Bosco y de su congregación, es por ello, por lo que los sacerdotes de la Congregación de San Francisco de Sales son requeridos en numerosos lugares.Es esta fama la que hace posible que se funde la primera casa en España gracias a la mediación de Don Diego María Santiago, Marqués de casa Ulloa y el Señor Cardenal de Sevilla Monseñor Llunch y Garriga, que se ponen en contacto con Don Bosco para que funden en Utrera una de sus renombradas obras con el fin de que pueda escolarizar a numerosos niños de los barrios marginales de Utrera, que no estaban escolarizados por falta de escuelas y de medios.
Don Bosco manda a Utrera a los primeros seis salesianos el 16 de febrero de 1881, para que funden la primera casa salesiana de España. Y es el mismo Don Bosco el que manda desde Turín la primera imagen de María Auxiliadora a España bendecida personalmente por él.La fundación en Utrera será por tanto, el punto de partida para que la obra de Don Bosco se extienda por toda España, aunque me centraré concretamente en la casa de Ronda en la provincia de Málaga, por ser ésta, pieza fundamental para entender la historia de nuestra imagen de María Auxiliadora.Los salesianos llegaron a Ronda en octubre de 1902, tras varios años de trámites, llevados a cabo por el entonces Obispo de Málaga y hoy beato Marcelo Spínola, y por encargo expreso de la Exma. Sra. Dª. María Teresa Holgado Vázquez de Mondragón y Moctezuma, marquesa de Moctezuma.Esta mujer junto con su hermano el Exmo. Sr. Don José María Holgado, crean la Fundación Moctezuma, a la que legan gran parte de su patrimonio al carecer ambos de descendencia. Esta Fundación será la base en la que se asiente la creación de la primera casa salesiana en Ronda, ya que todo el patrimonio de la fundación se le donó a los salesianos para que pudieran llevar a cabo su labor.
Pero vayamos por parte: Los primeros tres salesianos con el Rvdo. Padre D. Antonio Ricaldone y Sisto a la cabeza llegan a esta casa solariega el 12 de octubre de 1902, en ella crean la primera casa salesiana de Ronda y ponen en marcha las Escuelas de Santa Teresa, para impartir clase de primaria a niños desfavorecidos.Se construyó una capilla que albergó en su interior uno de los pilares fundamentales de cualquier casa salesiana, la imagen de María Auxiliadora que se esculpió en los talleres salesianos de la casa de Sarriá en Barcelona. Como en cualquier casa salesiana lo primero que se puso en marcha fue el oratorio festivo, las primeras hojas informativas, la celebración de los 24 y la fundación de la Archicofradía de María Auxiliadora entre otras muchas células.
La primera imagen de María Auxiliadora de Ronda se encarga a los Talleres Salesianos de Sarriá, con el objeto de que recibiera culto en el altar mayor de la Iglesia de Santa Teresa, se bendijo el sábado de gloria de 1903. En este mismo año, sale por primera vez a la calle el día 11 de junio. Esta procesión se convirtió en pocos años en una de las más populares de Ronda, congregando pelegrinos de los pueblos cercanos a la ciudad.
Una fecha importante para la devoción a María Auxiliadora en Ronda fue la agregación de la Asociación de María Auxiliadora a la Primaria de Turín el 24 de Mayo de 1919, de este modo, se constituían legalmente como Archicofradía. En pocos años, se convirtió en la hermandad más importante y numerosa de Ronda.Hemos dicho que en Ronda se Fundan las Escuelas Salesianas de Santa Teresa en 1902, para dar clases de primaria a niños desfavorecidos de Ronda. Pero la Fundación Moctezuma contemplaba también unos terrenos destinados a la escolarización de niños, para impartir clases de secundaria y de formación profesional en la zona llamada del Castillo, en donde, se construyó un colegio llamado del Sagrado Corazón que regentaban los Padres Agustinos. Esta congregación abandonó el colegio y el obispo de Málaga, Monseñor Manuel González se lo entregó a la comunidad salesiana, con el objeto de que implantaran en él la educación secundaria.Es desde este momento, cuando en Ronda existen dos casas con dos comunidades diferenciadas que se unen en momentos puntuales para realizar actividades comunes y unir fuerzas. La primera orientada a la educación primaria de niños pobres y la otra a la educación secundaria para niños de familias acomodadas.A este colegio del Sagrado Corazón llega también otra imagen de María Auxiliadora de los talleres de Sarriá, de la que desprende las crónicas “de gran belleza” para que presidiera el Altar Mayor de una capilla que estaba en obras, porque se había quedado pequeña para la cantidad de chavales que tenía el colegio. Esta imagen llegó al colegio el 27 de septiembre de 1919.
La existencia de dos casas salesianas en la misma localidad supuso la presencia de dos imágenes de María Auxiliadora en Ronda. Una que recibía el culto privado del colegio de Santa Teresa y a la vez, el culto público del pueblo de Ronda ya que en ella se asentaba la Archicofradía, y la del colegio de secundaria del Sagrado Corazón y que solo recibía el culto privado de los alumnos y la comunidad del colegio del Castillo como popularmente se denominaba.Las dos comunidades funcionaban con su devenir diario con la salvedad de la celebración de los cultos a María Auxiliadora en la Parroquia de Santa María, debido a la cantidad de público que asistían a ellos, hacía imposible que se pudieran llevar a cabo en las capillas de los colegios. La imagen que presidía los cultos públicos del pueblo de Ronda siempre fue la de Santa Teresa, imagen titular de la Archicofradía.
Un incidente digno de reseñar fue un incendio que sufrió el colegio del Sagrado Corazón el 20 de diciembre de 1925 y que destruyó la capilla y la imagen de María Auxiliadora. Dicho colegio junto con su capilla fue reconstruido por los donativos del pueblo de Ronda. Pero sin lugar a dudas, los acontecimientos más dramáticos se vivieron en julio de 1936, cuando fueron saqueados los dos centros, y fueron asesinados casi todos los salesianos, en concreto 7 salesianos entre las dos casas, logrando salvar la vida los aspirantes y todos los alumnos.Tras la contienda en la zona de Ronda los salesianos vuelven al colegio de Santa Teresa en septiembre de 1936, reactivan todas sus células, incluyendo la Archicofradía de María Auxiliadora y la devoción a la Virgen de Don Bosco que no se había apagado en ningún momento.
La bendición de la nueva imagen de María Auxiliadora tuvo lugar el día 23 de mayo de 1937 en la iglesia de Santa María, abarrotada de fieles. Una imagen del escultor malagueño Navas Pareja ante la que se proclamó el 24 de mayo de 1937 a María Auxiliadora “Reina de Ronda y Serranía”, desde el balcón del Ayuntamiento ante miles de personas.Mientras sucedía esto, el colegio del Sagrado Corazón es un hospital, hasta el 12 de octubre de 1939, fecha en la que vuelven los salesianos al centro y se asienta en él la comunidad salesiana. Este casa se convertirá en un internado para niños de familias acomodadas que recibirán en él la educación secundaria, y cuyas cuotas, un tanto elevadas, le servirán a los salesianos para sufragar los gastos de los dos centros escolares, ya que el de Santa Teresa albergaba a niños desfavorecidos.
El Sagrado Corazón abrió sus puertas sin uno de los sustentos fundamentales de cualquier casa salesiana, la Madre Auxiliadora, y es cuando se lee en las crónicas de la casa, en la sexta reunión mantenida por la comunidad el 15 de abril de 1940 lo siguiente: “Se acuerda comprar la estatua que vendrá de Sevilla”.Es importante reseñar que pertenece en estos momentos a la comunidad Don Rafael Infantes de Cos, salesiano nacido en Villarrasa y que tendrá una vinculación muy estrecha con nuestra imagen y con nuestro colegio hasta su fallecimiento en 1996.Esta imagen de María Auxiliadora se encarga por tanto, en el mes de abril o mayo a los talleres salesianos de escultura de la Trinidad de Sevilla, con el objeto de que presida el altar mayor de la capilla del colegio.
Esta capilla tenía un cometido modesto, pero muy importante, su misión no fue otra que el alimentar la espiritualidad cristiana y las convicciones religiosas a todos los alumnos internos y externos de Ronda y la comarca. Esta capilla estaba en la planta superior del colegio y se abría al público en fechas señaladas y los 24 a la que acudía numeroso público.
Durante los años 40 la devoción a María Auxiliadora en Ronda es de tal naturaleza, que a finales de esta década se plantea la idea de construirle a la Virgen de Don Bosco un santuario de mayores proporciones, que pudiera albergar la cantidad de fieles que congregaba esta advocación provenientes de toda la serranía.La idea fue tomando fuerza y forma y el 13 de abril de 1949 D. Felipe Palomino, Inspector Provincial de los Salesianos, comunica el permiso de los superiores de Turín para realizar el proyecto.Son muchas las personas que por devoción a la Virgen de Don Bosco o por promesas hechas a la Virgen como la del salesiano Don Manuel María que dejó escrito: “Nada valdré si, dentro de pocos años, no he cumplido el voto que hice en horas de angustia: pedir limosna para alzar un templo a María Auxiliadora en prueba de mi gratitud a su maternal amparo”,quieren ver realizada una gran iglesia en honor a María Auxiliadora. Las obras según la crónica del colegio Sagrado Corazón comienzan el 15 de marzo de 1950 en un terreno adjunto al centro escolar.
El proyecto ejecutado por el arquitecto sevillano D. José Manuel Benjumea contemplaba un magnífico altar mayor con un gran camarín. Es en este momento, cuando la comunidad de salesianos decide realizar una nueva talla de María Auxiliadora de mayores proporciones, ya que la imagen que tenían en la casa quedaba pequeña para las dimensiones del camarín.Encargan la imagen a los talleres profesionales de Sarriá, llegando la nueva talla a Ronda en mayo de 1951, días antes de la bendición de la nueva iglesia.La nueva iglesia de María Auxiliadora, hoy santuario, fue bendecido el 2 de junio de 1951 por Mons. Don Emilio Lisson Chaves, Arzobispo dimisionario de Lima, con la presencia de numerosas autoridades y de casi todas las comunidades salesianas de Andalucía además del seminario filosófico salesiano de Utrera.Es en este momento cuando nuestra imagen de María Auxiliadora deja de recibir culto en el colegio del Sagrado Corazón de Ronda.
EL ESTUDIANTADO FILOSÓFICO SALESIANO DE CONSOLACIÓN DE UTRERA
Paralelamente a los acontecimientos que se están llevando a cabo en Ronda, en la ciudad sevillana de Utrera en el extinguido convento de mínimos de Consolación está asentado el Estudiantado Filosófico de los Salesianos con un número muy importante de salesianos que están terminando su formación académica.En este antiguo convento fundan los salesianos en 1945 el estudiantado filosófico bojo el consentimiento del Cardenal D. Pedro Segura y Sáenz con el objeto de que también se hagan cargo del mantenimiento del culto y del Santuario de Ntra. Sra. de Consolación patrona de Utrera.Dice la prensa local de Utrera que es durante los años del filosofado en Consolación cuando la devoción a la Virgen es mucho mayor y el culto mucho más rico y fervoroso.
Los salesianos le rendían culto a la Virgen de Consolación aunque todos los meses celebraban el 24 y le hacían su novena en el mes de mayo, ya que en el fondo de sus corazones sentían la presencia de la advocación de Auxiliadora. Los salesianos crearon unas hojillas mensuales a las que llamaron Consolación y en las que se hacían constantes referencias a la Virgen de Don Bosco. En ocasiones aparecía algún artículo en el que se solicitaba una imagen de María Auxiliadora en el santuario.Desde que llegaron los salesianos a Consolación eran muchos los que querían que en el filosofado y en el santuario hubiera una imagen de María Auxiliadora, ya que solo existía una pequeña talla de María Auxiliadora de 90 cm regalada el 24 de abril de 1947 por el Señor Inspector, entronizada en el coro en un pequeño pedestal.
Cuenta la crónica del 1 de junio de 1951 que marcharon a la bendición del nuevo santuario de Ronda 58 salesianos acompañados del señor prefecto, con el objeto de ayudar en el pontifical del día 2 de junio.Es en Ronda cuando estos salesianos tienen conocimiento de que la talla de María Auxiliadora, que presidía la antigua capilla del colegio Sagrado Corazón va a retirarse del culto. Por tanto, solicitan permiso a la comunidad de Ronda y al Señor Inspector para que esta imagen pase al filosofado de Consolación.Muy probablemente nuestra “estatua” como habitualmente llaman los salesianos a las imágenes, llegase al filosofado en el verano de 1951, con el cometido de que protegiera, cuidara y alentara en su formación y vocación sacerdotal a los salesianos que estaban en consolación. En un primer momento, la imagen estuvo en el interior de la casa y algunos años después, pasó al santuario en un pequeño pedestal en la parte derecha del crucero, para que fuera foco irradiador de las oraciones y súplicas de cuantos se acercaban a ella.
Algún tiempo después, más concretamente el 10 de octubre de 1961 los salesianos abandonan Consolación, debido al mal estado en el que se encontraba el edificio y el elevado coste que suponía su arreglo, con el inconveniente de que el edificio no era de la comunidad, sino que los salesianos estaban en él pagando un alquiler.Estas circunstancias llevaron a los salesianos a trasladarse a La Palma, trayéndose con ellos todo lo que tenían en Consolación incluida la referida imagen de la Virgen que mandaron con Don Manuel Castilla el 9 de octubre de 1961 con el objeto de que tomara posesión de la casa antes de que llegaran los salesianos.
Desde Consolación mandaron también una talla de San Juan Bosco que según las crónicas del filosofado, llegó a Consolación el 18 de enero de 1947 procedente de la extinguida casa de San Benito de Calatraba de la Ciudad de Sevilla y que el Señor Inspector cede al filosofado. Del mismo modo, se mandó una imagen del Sagrado Corazón de Jesús que fue regalado al filosofado el 11 de junio de 1947 por el Señor Inspector, y un Santo Domingo Savio que se bendijo en el Santuario de Consolación el 4 de marzo de 1951 y de cuya bendición cuenta la crónica lo siguiente: “Todos los niños de Utrera vinieron a homenajear en el Santuario al Beato Domingo Savio, el acto fue organizado por los salesianos del colegio del Carmen y de los nacionales con sus maestros al frente. Cantó la misa D. Lera Fernández García, ayudado por D. Antonio Prieto y D. Olmedo y más de mil niños cantaron la partitura que el Rvdo. D. Fernando García compuso para la fiesta del Beato Domingo Savio en Sevilla. La estatua de Domingo Savio presidía en el altar junto al manifestador, iluminada por un arco de luces eléctricas. La Iglesia estaba imponente. El acto resultó magnífico, durante el mismo se repartieron centenares de folletos y vida de Domingo Savio”.
Pero sin lugar a dudas, lo que completó la espiritualidad de la nueva casa salesiana en nuestro pueblo fue la Reliquia de la Vera-Cruz (Lignum Crucis) que traían consigo los salesianos y que las crónicas del filosofado la enmarcaban en el Altar Mayor de Consolación desde el 23 de marzo de 1951 y que hoy día está expuesta a la adoración de los fieles en la Cruz de Guía de la Archicofradía.
Hasta aquí hemos hecho un recorrido historiográfico de la advocación y de la talla que veneramos en nuestra Iglesia de El Salvador y a la que tanto cariño tenemos.Pero si volvemos hacia atrás en el tiempo, en la crónica de la casa del Sagrado Corazón de Ronda podíamos leer, que la imagen que presidía el altar mayor de la capilla del colegio se encargó a los talleres de la Trinidad de Sevilla en abril de 1940.Por tanto, nos podríamos preguntar ¿Quién era el maestro escultor en 1940 del taller de escultura de la Trinidad de Sevilla?
El taller de escultura de la Trinidad de Sevilla comenzó su andadura en octubre de 1929 , asumiendo la dirección del mismo, Don José Alarcón, natural de Candeleda (Ávila) y formado profesionalmente en los talleres de Sarriá en Barcelona, tras él a finales de 1939 asume la dirección del taller Don Carlos Bravo Nogales que está como maestro escultor hasta 1943 debido a que monta taller propio. A la marcha de este último, asume la dirección Don Rafael Barbero Medina y el escultor Don José Geronés que será el último maestro escultor cerrándose el taller en 1960.Por tanto, Don Carlos Bravo Nogales era el maestro escultor cuando se encarga la imagen en abril de 1940.
Persuadidos por la incógnita de la autoría de la talla nos podemos preguntar, ¿Es D. Carlos Bravo Nogales el autor de nuestra imagen de María Auxiliadora? Sin lugar a dudas, en estos años de posguerra el taller tiene una infinidad de encargos, tanto de escultura, como de retablos, templetes, pasos, etc. Y en muchos de estos encargos aparece Carlos Bravo Nogales como autor de estas obras.En el inventario del taller aparece la realización de varias imágenes de María Auxiliadora, en donde, se respeta el prototipo de imagen impuesta en cierto modo por el canon salesiano, en donde se pretende, salvo honrosas excepciones que tengan todas la misma fisonomía cambiando de una imagen a otra la policromía de los mantos y el vestido de la Virgen. Se busca, en cierto modo, que las imágenes de la Virgen sean lo más parecida posible a la pintura de Turín.No podemos obviar que Sarriá impone una misma corriente artística y estilística que no deja paso a las creaciones personales en los talleres salesianos de España, y que homogeniza todas las esculturas salesianas. Tampoco debemos olvidar, que el primer maestro escultor del taller de la Trinidad fuer D. José Alarcón formado en Sarriá y que importa los modelos levantinos a Sevilla.
Sin embargo, la devoción profunda de Carlos Bravo Nogales por la Virgen de Don Bosco, su gran espiritualidad y sus inquietudes como escultor, lo llevaron a saltarse el canon impuesto por el propio taller y talla una Virgen absolutamente personal, de mayor calidad escultórica que plantea rasgos de la escuela sevillana, sin perder los parecidos estéticos de las imágenes de María Auxiliadora y conservando en cierto modo, esa impronta levantina impuesta en toda España desde finales del siglo XIX y principios del XX de la escuela salesiana de Sarriá.Hasta ese momento, algunas de las imágenes que se realizan en el taller se fotografían, pero no están personalizadas ni el autor sale con ellas, excepto con esta imagen que acabo de describir y con la que se fotografía en varias ocasiones, dejando patente su paternidad escultórica y en cierto modo orgullo por su autoría.Podemos observar como Carlos Bravo Nogales se fotografía en el taller de la Trinidad con nuestra imagen, a la que se le puede comparar en cierto modo, por sus rasgos estéticos con la Trinidad de Sevilla. Virgen a la que el autor le profesaba gran devoción, y a la que tomó como modelo para ejecutar su obra. Este rasgo histórico nos hace entender el por qué nuestra talla siempre se había relacionado con el taller de Sarriá por parecerse a la Trinidad.
Cuando Bravo Nogales está a punto de terminar de policromar la imagen con la que enriquecerá la iconografía mariana de los salesianos y en la que el autor plasmará su estética más personal, recibió el encargo de estofar y policromar la talla de la Trinidad para adaptarla al gusto de la época, debido a su fama de gran tallista y excepcional dorador.Estamos concretamente en los últimos meses del año 1940, momento en el que Bravo siente caer sobre si una enorme responsabilidad, ya que modificar estéticamente una imagen devocional es muy controvertido, pero aún más si cabe, si hablamos de María Auxiliadora de la Trinidad que en estos años disfrutaba de ser una de las imágenes más veneradas de Sevilla.Estas circunstancias llevaron a Bravo Nogales a tomar la decisión de estofar y policromar en primer lugar la talla que estaba finalizando. Sirviendo nuestra imagen como modelo para poder llevar a cabo la intervención en la Trinidad. Por tanto, Bravo es el autor del estofado y la policromía de las dos imágenes, siendo el estofado de nuestra talla mucho más arriesgado incluso que el de la propia Trinidad, algo totalmente comprensible, ya que la transformación en la Trinidad fue mucho más dramática al ser una imagen en veneración que no podía sufrir tan drástica transformación, pero que guardan un parecido estilístico incuestionable al constatarse que son obras del mismo autor.
Este hecho explica que nuestra Virgen a finales del año 1940 pudiera salir del taller tan ricamente estofada, cuando ni era lo habitual, ni tenía sentido sin una Archicofradía detrás, sino solo la comunidad de un colegio en cuyo pueblo ya existía otra imagen de María Auxiliadora a la que se le rendía culto.
Sin embargo, el 9 de noviembre de 1961 la talla de Carlos Bravo Nogales llega a La Palma procedente del Santuario de Consolación de Utrera, un tanto deteriorada, de la multitud de plegarias que numerosos peregrinos le han dejado impregnada, convencidos de que tocando su venerada imagen estaban tocando a la madre de Dios.
Este hecho, junto con algunos percances que sufrió la venerada imagen en su traslado desde las tierras del Guadalquivir hasta las del Tinto, conllevó a que la comunidad de salesianos decidiera restaurar la imagen en el taller de nuestro hermano D. Joaquín Moreno Daza, que la curó de sus heridas del tiempo, y le imprimió su sello personal, al modificarle un poco la comisura de la boca del niño y de su madre y reconstruirle un poco el cabello al niño Jesús. Algo muy habitual en la década de los 60 del siglo pasado, que se contrapone con la política restauradora del momento en el que vivimos.
Es de justicia decir que la imagen que hoy conocemos es obra de Carlos Bravo Nogales que la concibió y de Joaquín Moreno Daza que supo dejar su impronta y la embelleció aún más si cabe, aportándole una unción romántica difícil de encontrar en la iconografía salesiana. Fue sin lugar a dudas, una intervención que podría estar discutida hoy día, pero que aportó a la imagen una singularidad y una belleza sin igual.
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Bibliografía:
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-Libro de crónicas de la Casa Sagrado Corazón años 1940-1975.
-Libro de crónicas del Estudiantado Filosófico de Utrera Años 1945-1961.
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